La libertad del esclavo

viernes, 30 de julio de 2010

Los movimientos libertarios en Brasil generaron una cultura de raíz sufriente, un tronco firme y frutos alegres y coloridos.

El fin común del esclavo africano en tierras brasileñas era conseguir la libertad física. Pero estos tuvieron que buscar soluciones frente a su enemigo. Crearon caminos alternativos que en el proceso libertador les ayudaran a mantener sus raíces. Hallaron la libertad interior a pesar de la esclavitud física y pudieron recrear la cultura africana en Brasil conformando una nueva cultura mixta que incluyó tradiciones indígenas y europeas. La cultura afro-brasileña se basa en la solidaridad y en ingenio de quienes buscaron mantener sus raíces y recrearon la manera de manifestarlas en una nueva realidad.
Partiendo de que la esclavitud física no pudo nunca dominar la libertad interior del africano, sabemos que encontraron o crearon soluciones auténticas y originales a las adversidades que el sistema les imponía. Muchos de los movimientos creativos que se desarrollaron durante la época esclavista, sirvieron de útero a los movimientos libertarios de siglo XIX.
Los africanos llegados a Brasil se vieron obligados a luchar por su libertad espiritual, expresiva y física.

Los caminos hacia la libertad.

La libertad espiritual: Frente a la imposición del catolicismo como religión oficial y única
Todas las prácticas religiosas ofrecieron a los esclavos un escenario para reunirse, organizarse o resistir. En torno a las religiones se gestaron movimientos de liberación.
Las incluidas en el candomblé y el islaismo, fueron practicadas clandestinamente. El reemplazo anterior del significado de las imagenes católicas por las entidades dio como resultado el sincretismo. Así encontramos que Iemanjá tienes su fiesta principal el día de la Virgen de la Concepción, Oxalá es identificado con el Señor del buen fin, Xangô con San Jerónimo, Ibeji con San Cosme y San Damián, y de esta forma muchos otros.

aceptada por los portugueses, los esclavos crearon un panteón de dioses donde aprendieron a convivir entidades de distintas etnias. Orixás, voduns o inquinces según la nación de la que provenían respectivamente eran nagô, jejê o bantu. Tenían en común con el catolicismo la creencia en un ser supremo, Dios, Olorum, u Oloduare. Reelaboraron sus tradiciones, adorando también deidades y festividades de los nativos y católicos.La libertad expresiva: A partir de la matriz nagô (yorubana) y la bantu (Congo y Angola) se desarrollaron la mayoría de los movimientos artísticos. El nagô es modelo principal de la música religiosa y el bantu se convirtió en el ritmo base que tienen como ejemplo todos los estilos de samba en su máxima expresión. El canto, la danza y la música constituyen un trimonio indisoluble entre los africanos, pero durante el período esclavita sólo eran admitidos en festejos como la navidad, año nuevo y carnavales, aunque a espaldas de los patrones nunca desaparecieron.
Los cantos aliviaban el tedio del monótono trabajador agrícola o minero. Cantaban también durante su esparcimiento y los rituales. Como característica general encontramos que eran comenzados por un miembro y luego los demás respondían en coros. La iteración era una repetición incesante de una frase, generalmente corta y simple. En las manifestaciones populares brasileñas, musicales o coreografías siempre se muestra la herencia rítmica percusionista de África. De esta forma la cultura folklórica africana se fue transformando en la cultura popular brasileña, que refleja el proceso de la creación vivida.

La libertad física: Conseguir la libertad física era lo más difícil. Muchas veces debían huir dejando atrás familiares y amigos, como ya lo habían tenido que hacer cuando partieron de África como esclavos. Al huir de cautiverio , encontraban un lugar apropiado y lo defendían con la vida si era necesario, aquí se empezaron a sentar las bases que caracterizarían los quilombos, surgidos mayormente entre los siglos XVII yXIX. Allí su unieron en fuerzas también con los indígenas, mestizos y algunos blancos.
El fenómeno del quilombolismo, es la mayor referencia de la resistencia y la lucha por la libertad en la historia de la esclavitud de Brasil. Paralelamente el quilombo más famoso era el de Palmares situado en la sierra de Alagoas, que incluso llegó a contar con una capital. Existieron entre otros los quilombos de Jaguaripe, Rio Vermelho, Santo Amaro, Buracao de Tutu, Itapoa, Santana y Cachoeira.
Fruto de la libertad interior que no se resistía a ser dominada fue también la capoeira. Lucha, danza y arte nacida simultáneamente donde sea que hubiese africanos. Tras el trabajo de sol a sol en tierra de sus patrones, iban adquiriendo un desarrollo físico que los convertía en potenciales guerreros, excelentemente preparados tanto en la resistencia física como en la fuerza y agilidad para cualquier lucha. Con el desarrollo de los quilombos, comenzó a madurar, a encontrar un lugar, un tiempo y un espacio para ser practicada hacia el mayor y el mejor aprovechamiento del cuerpo. Pero por ser reconocida como un elemento de cohesión que hacía peligrar la dominación portuguesa, en el siglo XIX fue prohibida junto a cualquier otra manifestación cultural vinculada a los africanos.

En reconocimiento a la admiración de libertad interior y creatividad de los esclavos, se gestó una serie de culturas conocidas por el nombre de ``A liberdade do escravo´´ que fueron expuestas en varios museos. Las esculturas consistían en varios personajes haciendo movimientos de capoeira y un berimbau.

Esperamos que sirva de ejemplo a todos los que viven esclavizados por el sistema, la rutina, los miedos y las enfermedades, pues la lucha por la libertad comienza dentro de cada uno....

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