Mestre Waldemar

jueves, 4 de noviembre de 2010






Mestre Waldemar se inició en la práctica de la capoeira en 1936, fue discípulo de Canário pardo, Peripiri, Talabi, Siri de mangue y Ricardo de ilha de maré.

Comenzó a enseñar capoeira al aire libre en 1940, después construyó un barracón de paja en la estrada da liberdade, donde un gran número de capoeiristas de Bahía se daban cita para jugar.
Pronto sus rodas se fueron tornando en uno de los puntos de encuentros más importantes de los capoeiristas de Bahía. Existían por entonces otros locales de reuniones famosos por sus rodas, como eran el Alto de amaralina, donde mestre Bimba organizaba rodas los domingos, el tradicionalísimo Largo do pelourinho, donde el capoeiragem acontecía bajo la dirección de mestre Pastinha, y en Chame-chame, donde sucedían las rodas de mestre Cobrinha verde.
Mestre Waldemar destacó en el toque y el canto, siendo uno de los mejores cantadores de la historia de la capoeira. Fue conocido por iniciarse en la fabricación y comercialización de los berimbaus más famosos de todos los tiempos, revolucionó las técnicas de construcción de este instrumento. Además, es reconocido como una de las mayores personalidades de la historia de la capoeira.
La batería de Waldemar estaba compuesta por tres berimbaus de tipo medio, viola y gunga. Más tres pandeiros , un reco-reco y un agogô. Nunca se pronunció en contra del atabaque pero tampoco lo introdujo en sus rodas, pensaba que era un instrumento que no tenía nada que ver con la capoeira.
Sobre este último hecho, cabe observar que no se puede establecer un padrón riguroso de como se organizaban las rodas antiguamente en cuanto a los términos de instrumentación musical. Está comprobado por las declaraciones de otros viejos mestres como, Caiçara, Bobó, Canjiquinha, Ferreirinha, que cada cual tiene su propio estilo de formar la batería, incluso algunos viejos mestres de la época utilizaban el atabaque, por lo que entendemos esas diferencias, propias de la cultura popular de la capoeira.
No podemos olvidarnos de que la improvisación es una característica esencial de la capoeira. Las riquezas de las antiguas tradiciones de la capoeira se encuentran, según entendemos, en sus valores, fundamentos éticos y culturales, que son mucho más importantes que los instrumentos exactos que cada mestre escogía para su roda.

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