Son roturas del tejido muscular, más o menos extensas, la gravedad depende del área afectada. Puede ocurrir en cualquier músculo, pero de cara a la práctica de la capoeira, suelen aparecer cuando hacemos movimientos bruscos como patadas altas.
Síntomas:
Dolor repentino, agudo e intenso, cualquiera que lo haya sufrido alguna vez lo identifica inmediatamente, parece una puñalada localizado en un punto muy concreto. Desde el momento en que se produce resulta muy doloroso, cuando no imposible, hacer cualquier movimiento con ese músculo.
En los casos leves de roturas pequeñas, el dolor es la única señal. En casos más graves de desgarro de todo un músculo, se produce también un hematoma bastante aparatoso, debido a la hemorragia interna. Si el dolor es muy intenso puede aparecer un componente de shock, con mareo y sudor frío, pero esto es menos frecuente.
Causas directas:
Las causas generales son contracciones violentas del músculo o estirones súbitos y bruscos. También se puede producir cuando se somete a éste a una carga excesiva cuando está fatigado o no se ha calentado lo suficiente. Los músculos que han sufrido recientemente lesiones de cualquier tipo que aún no están curadas del todo, tienen bastantes posibilidades de sufrir una rotura. También pueden originar esta lesión, causas externas, como golpes o caídas
Causas indirectas:
La sudoración origina pérdida de líquidos y sales en el organismo. Los músculos van perdiendo elasticidad e hidratación, por lo que tras un ejercicio prolongado aumentan las probabilidades de sufrir tirón.
Otro factor que aumenta las posibilidades es tener agujetas. Si no se calienta lo suficiente como para fundirlas, el musculo tiene en su interior pequeños cristales de ácido láctico, lo que en la práctica resulta como tener alfileres dentro del músculo. Un movimiento que en condiciones normales sin agujetas no causaría problemas, puede hacer que estos cristales corten pequeños haces de fibra.
En la capoeira:
Pueden suceder en cualquier músculo del cuerpo, la causa principal es el mal entrenamiento de la elasticidad. Intentar dar patadas laterales o circulares lo más alto posible, sin tener en cuenta nuestras limitaciones físicas.
Qué se debe hacer cuando ocurre:
Mucha gente, cuando siente el tirón y no es muy doloroso, continúan la clase. Esto no tiene sentido, pues un tirón muscular mal curado puede hacerte perder en 5 minutos la elasticidad conseguida con mucho esfuerzo durante meses de entrenamiento. Y además queda una lesión mal curada, que puede repetirse más adelante. Es mejor perder un poco de tiempo en el momento, y tomarse el descanso necesario, antes que echar a perder muchos meses de trabajo.
Que hacer:
Lo primero de todo aplicar hielo sobre la zona dolorida. A veces no es posible tener hielo en el lugar de entrenamiento, por lo que trataremos de enfriar el músculo lo mejor posible, por ejemplo con toallas empapadas en agua fría, una lata de refresco si hay una máquina dispensadora, lo que sea... lo más frío que se encuentre. Esto reducirá la inflamación y disminuirá o cortará la hemorragia si existe. Ha de mantenerse el frío durante unos 10 o 15 minutos.
Colocar un vendaje compresivo alrededor del muslo con vendas elásticas, si no se estiran no sirve. Después de unos 20 minutos se quita el vendaje, se deja descansar 5 minutos, y se vuelve a poner.
Consejos útiles:
No se debe aplicar calor. Esto aumenta la hemorragia.
En estirones leves con reposar al menos una semana antes de reanudar el entrenamiento y por supuesto, abstenerse hacer movimientos bruscos un par de semanas más es suficiente. No hay que tener prisa por entrenar al día siguiente, a la larga se ahorra tiempo y problemas con un descanso que permita la curación. El que puedas salir por tu propio pié la clase, no significa que no tengas nada.
Los casos más graves son muy fáciles de identificar, la persona lesionada no puede caminar, y el dolor apenas se reduce después de usar el hielo y las vendas. Esto ya sale del ámbito de este documento, manteniendo el vendaje y procurando no mover ni tocar la zona dolorida, se debe acudir al médico. De entrada se puede anticipar que la recuperación será larga, así que conviene tomárselo con calma y obedecer las instrucciones que dé el traumatólogo.
Aunque no se llegue al extremo de no poderse mover, si 24 horas después continúa la inflamación y el dolor fuerte, conviene ir al médico. El dolor fuerte así como tener la zona ligeramente dolorida durante un par de días es normal.
Cómo evitar que nos ocurra:
Los momentos más delicados son al comienzo y al final de las clases. Al principio, porque el músculo aún no se ha calentado lo suficiente. Al final, porque el cansancio y la deshidratación pasan factura.
Siempre hay que calentar bien antes de comenzar el entrenamiento y no se deben practicar patadas circulares o laterales justo después de calentar. Conviene empezar con otras técnicas para que el movimiento lleve a los músculos al punto óptimo.
En frio, no se debe intentar lanzar patadas buscando la mayor altura posible.
Un fallo muy común entre los estudiantes nuevos es que después del estiramiento al final de la clase, se ponen a desarrollar técnicas que ya dominan incitados por la emoción, esto puede tener una consecuencia fatal para el músculo, después del estiramiento forzado mientras se hacen elongaciones, el músculo está más frágil. Si se suda mucho, conviene beber durante la clase para mantener la hidratación, mejor si son bebidas isotónicas.
Por último, pero no menos importante, practicar las técnicas correctamente. La forma educada de hacer los movimientos es paso a paso, siguiendo un proceso de aprendizaje por fases, para eso vamos a clase. Has caso al maestro y no intentes anticiparte a lo que te explique sin consultárselo.
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