Esta tradición continúa hoy en día, ya que a todos los capoeiristas se les asigna un apodo. El apodo puede darse durante una ceremonia o en un bautizado. Por lo general los capoeiristas son nombrados por un mestre o profesor, en lugar de imponérselo a sí mismo. El nombre puede referirse a muchas cosas diferentes: El color del pelo, el estilo en la roda, el tamaño de una persona, la personalidad de una persona o intereses etc… Las posibilidades son infinitas. El apodo casi siempre es aplicado en portugues, pero no es algo obligatorio.
Lo que antaño fue por necesidad hoy se ha convertido en una tradicción que perdurará mientras se mantenga con vida el espíritu de la capoeira.
A veces, los capoeiristas se conocen por su apodo mejor que sus nombres reales.
Loren ``Dragón´´
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